El ayuno financiero de 21 días es una especie de dieta del dinero que promete romper los malos hábitos de gasto, crear un plan para liberarte de tus deudas y establecer un mejor rumbo financiero para el futuro.

Durante un ayuno financiero, no puedes gastar dinero innecesario, en absoluto. A menos que sea comida, refugio o algo más esencial para la supervivencia, te comprometes a arreglártelas con lo que ya tienes.

Si bien el ayuno financiero solo debe seguirse durante un período breve, su objetivo es ayudarte a romper algunos de tus peores hábitos de gasto a largo plazo.

¿Puede un ayuno financiero funcionar para ti?

Siempre es una experiencia reveladora que te puede ayudar a ver el error de tus caminos. Sin embargo, antes de comenzar tu propio ayuno financiero, es importante comprender las reglas que se describen en este ayuno financiero.

NORMAS

Las reglas son desafiantes, pero sencillas. Esto es lo que debes hacer cuando te comprometes con un ayuno financiero:

Haz que dure 21 días

Tres semanas es un período de tiempo perfectamente razonable para reducir tus deseos y concentrarte solo en tus necesidades.

Cuando el efectivo permanezca en tu billetera, te sentirás mucho mejor acerca de tu autocontrol, o puedes hacer tus compras con tu tarjeta de crédito sin anualidad, para poder pagar menos de intereses y recordando siempre que debes controlarte al  hacer compras.

Si te comprometes por menos tiempo, es posible que realmente no absorbas los beneficios de un ayuno y los efectos transformadores que puede tener en tus hábitos financieros.

Solo haz compras necesarias

A menos que lo necesites absolutamente para sobrevivir, no lo compres durante tu ayuno. Eso elimina viajes a la peluquería, happy hour en el bar, cenas en restaurantes, películas, compras en línea e incluso regalos de cumpleaños para tus mejores amigos.

En cambio, tu dinero solo debe destinarse a alimentos, vivienda, medicamentos y otras necesidades.

Paga solo en efectivo

Te vuelves mucho más consciente del proceso de gasto cuando realmente pagas en efectivo. Esas facturas pueden servir como un potente recordatorio visual de las decisiones que estás tomando, a medida que las tomas.

Lleva un diario de gastos

A lo largo de tu ayuno financiero, lleva un registro detallado de lo que gastas, lo que ahorras y los aspectos en los que puedes tener dificultades. Puedes consultar este diario cuando hayas terminado para ayudar a identificar los factores desencadenantes del gasto y los hábitos que te gustaría cambiar.

 

Es importante darte cuenta de que un ayuno financiero no es para todos. Al comprender los pros y los contras de abrocharte el cinturón y limitar tus gastos, puedes decidir si es adecuado para ti o no, para construir una relación saludable con el dinero.